martes, 18 de diciembre de 2012

Ingeniería de contingencias: cómo diseñar y mantener una conducta


Existen situaciones en que no son suficientes las contingencias naturales para producir una conducta, al contrario, estas contingencias ocasionan que se eliminen las conductas deseadas. Por ejemplo, la conducta deseada del uso de cinturón en los automovilistas se disminuye por la incomodidad que este representa o por la baja probabilidad de un accidente.
Cuando esto sucede, se debe reemplazar las contingencias inefectivas por efectivas, o cambiar contingencias naturales efectivas que producen una conducta  incompatible con la situación deseada por otras que si mantengan las conductas deseadas; todo esto a partir del establecimiento de dos tipos de contingencias: 1) de gerencia, que son de intervención para cambiar la frecuencia u otro aspecto de la conducta (por ejemplo: la probabilidad de obtener una multa por no usar cinturón de seguridad);  y 2) de apoyo, que son contingencias de acción directa que afectan a la conducta cuando una contingencia de gerencia está en efecto (por ejemplo: el evitar la condición aversiva, de que algo “hace falta”, que se presenta una vez que una persona ya se acostumbra a usar el cinturón).
Malott (20003) le llama a esto: gerencia del comportamiento, y como lo indica Acosta (2003), este es el sexto componente del modelo de cambio organizacional de Malott, el cual busca controlar las consecuencias de la conducta de los participantes en el proceso de transformación organizacional, a partir del paradigma de las tres contingencias: la natural, la de gerencia y la de apoyo.
A pesar que Malott (2003) reporta datos referenciales sobre el éxito del uso de estas contingencias para obtener las conductas deseadas (en este caso, el uso del cinturón), también explica con estos cambios no son duraderos, a menos que el gerente del comportamiento haga su trabajo: aplique los incentivos o las consecuencias de las contingencias. Por ejemplo, para que el uso del cinturón sea permanente, el policía (el gerente) debe aplicar las multas de manera consistente, porque en el momento que deje de hacerlo, las personas dejarán de ponerse el cinturón de seguridad.
Así pues, la conducta del gerente debe tratarse bajo las mismas leyes del comportamiento, como cualquier otro individuo, a lo que se le llama gerencia del gerente, que debe implementarse a varios niveles de gerencia (jerarquía de comando); de otra manera, el proceso de cambio de la conducta no será exitoso.
Por último, Malott (2003) indica que a pesar que la ingeniería (aplicación de la ciencia al diseño, planeación y mantenimiento de productos manufacturados) y la ergonomía (diseño del ambiente y equipo de trabajo para aumentar comodidad, seguridad, productividad y eficiencia), ayudan a diseñar el trabajo de manera eficiente y eficaz, no se enfocan directamente en la conducta de los individuos, y se necesitan bases científicas de la conducta para diseñar contingencias que generen comportamiento esencial para el éxito organizacional.
La ingeniería del desempeño significa aplicar ciencia para lograr la obtención de una conducta y los resultados ocasionados por dicha conducta. De acuerdo a Malott (2003), Gilbert diseñó un modelo de ingeniería de desempeño que proporciona una guía para identificar las causas del bajo rendimiento de un individuo. Este modelo indica que las causas del desempeño pobre puede ser atribuidas a deficiencias en el ambiente (datos o información, instrumentos o incentivos) o deficiencias en el repertorio individual (conocimiento, capacidad, valor de los incentivos).
Después de 20 años desarrollando las ideas de Gilbert, Malott propone un forma práctica de cambio organizacional, la ingeniería de contingencias conductuales, que se refiere al diseño de contingencias conductuales en varios niveles o procesos organizacionales. De esta manera, la tarea de un ingeniero de sistemas conductuales será diseñar e implementar contingencias interrelacionadas para obtener los resultados esperados. Estas interrelacionadas porque afectan la conducta de individuos dentro de un mismo proceso y afectan la conducta de quienes controlan las consecuencias de las contingencias de otras conductas.
La ingeniería de sistemas parte del entendimiento del macrosistema y la organización como sistema global, luego analizar los procesos centrales, de apoyo e integrales, y las tareas de los procesos organizacionales. Para mejorar estos procesos, puede utilizarse el análisis de las contingencias interrelacionadas, identificando el proceso al que pertenece la conducta (acción), la contingencia natural inefectiva, y la contingencia de gerencia que deberá ponerse en práctica. Y una vez que se implementen, después de cierto tiempo hay que evaluar y mejorar el sistema dado que los procesos están en continuo cambio, y necesitan revisiones frecuentes de sus componentes.
Este es el componente número siete del modelo de Malott, tal como lo explica Acosta (2003), la ingenie­ría de contingencias, que incluye el diseño de las con­tingencias que apoye las conductas deseables (en los funcionarios y hasta en los gerentes) para produ­cir y sostener el cambio (el gerente es el que provee las consecuencias especificadas en las con­tingencias). Involucra además la especificación de proceso, productos y medidas, la identificación de oportunida­des de mejoramiento, el diseño de contingencias interrelacionadas y el mejoramiento continuo.



Referencias
Acosta, C. A. (2003). Reseña "Paradoja de Cambio Organizacional" de M.E. Malott. Revista Latinoaméricana de Psicología, 35(001), 100-1003. Recuperado el 16 de Agosto de 2012, de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80535113
Malott, M. E. (2003). Paradoja de cambio organizacional. Estrategias efectivas con procesos estables. México, D.F.: Trillas.

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