El concepto de cultura ha sido usada
por el hombre con una infinidad de sentidos desde hace mucho tiempo. El término
es muy comúnmente asociado para denotar las distintas civilizaciones que
habitan en la tierra, y en la actualidad ha sido objeto de múltiples estudios,
sobre todo para tratar de entenderlas en un mundo globalizado donde las
fronteras entre los pueblos son traspasadas fácilmente.
Así pues, para poder realizar este
tipo de estudios es importante responder antes algunas interrogantes como: ¿Qué
es y cuál es el origen del término cultura? ¿Qué disciplinas la estudian? ¿Quiénes
han sido sus precursores? ¿Cómo ha sido la evolución de su estudio? Asimismo,
es importante entender las características de una cultura como la mexicana, por
lo que en este breve ensayo se pretende identificar algunas de ellas y
responder a las preguntas anteriormente planteadas.
Origen
del término cultura y sentidos en los que se ha empleado a través de la
historia
La palabra cultura proviene del
participo pasivo de un verbo latino que puede conjugarse de la siguientes manera:
“colo, colis, colere, colui, cultum”, el cual significa: cultivar, cuidar,
tener cuidado, prestar atención (Lerma-Martínez, 2005, págs. 25-26) . Así pues, en
distintas etapas de la vida del hombre, el término ha sido usado en diversos
sentidos, tal como se explica en la Tabla 1.
El primero uso es el relacionado con el sentido material respecto a la relación
hombre-tierra; luego apareció el sentido espiritual que denotaba la relación
del hombre con los dioses de la tierra. Posteriormente, ambos significados
(material y espiritual) se unen generando así un sentido humanista, y luego el
término se utiliza para describir a los artistas, literatos y la clase poderosa
que formaban una elite.
Tabla 1. Sentidos
en los que se ha empleado el término cultura
Sentido
|
Etimología
aplicada
|
Periodo
|
Descripción del
uso
|
Material
|
colere terram = cultivar la tierra
|
Hasta la
Edad Media
|
Relación del
hombre con la tierra como productor
|
Espiritual
|
colere deos loci; cultus deorum = venerar/prestar atención/cuidar
a dioses de la tierra protectores del lugar
|
Hasta la
Edad Media
|
Relación del
hombre con los dioses que veneraba
|
Humanista
|
--
|
Durante la Edad Media (siglo V al XV)
|
En los monasterios, donde se reza y trabaja
la tierra
|
Cultura
mentis
|
Aplicado a los burgueses (gente con
poder).
|
||
Cultura
animi = conocimiento y elegancia de
la persona culta
|
Renacimiento (siglo XV y XVI)
|
Se utiliza para describir a los
artistas, literatos y la clase poderosa que formaban una elite.
|
|
--
|
En el siglo XVII
|
Para denotar aquella persona que ha
sido sometido a un proceso educativo en el que adquiere conocimientos,
modales, buena apreciación del arte, etc.
|
|
Social colectivo
|
--
|
A partir del siglo XIX
|
Para describir algo que tiene que ver
con las poblaciones y naciones.
|
Étnico
|
--
|
Para denotar a la cultura de una
determinada sociedad
|
|
Universal
|
--
|
Para describir una civilización
(hábitos lingüísticos, tradiciones populares, costumbres, creencias, formas
de actuación y de valoración)
|
Como se observa en la Tabla 1,
es a partir del siglo XIX que la palabra cultura comenzó a usarse en un sentido
social colectivo, como algo que tiene que ver, no tanto con el individuo, sino
con las poblaciones y naciones, así como en el sentido étnico para denotar a la
cultura de una determinada sociedad, y en un sentido universal porque pertenece
a toda la humanidad) donde cultura equivale a civilización; es así como el
término toma un significado antropológico, como una condición que engloba los
hábitos lingüísticos, tradiciones populares, costumbres, creencias, formas de
actuación y de valoración.
Disciplinas
enfocadas al estudio de la cultura: Antropología cultural y social y Sociología
Una de las disciplinas a través de la
cual se estudia a la cultura es la antropología, que tal como lo explica Aróstegui (1995, pág.
219) ,
es la ciencia donde el concepto de la cultura es básicamente el instrumento en
el que basa toda su campo de estudio.
Específicamente la antropología cultural y social, centra su
estudio en el conocimiento del ser humano por medio de sus costumbres,
relaciones con sus padres, estructuras políticas y económicas, urbanismo,
medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y relaciones con su ecosistema. La denominación antropología
cultural, muy usada en estados unidos, suele aplicarse a los trabajos
etnográficos orientados hacia las formas en que la afecta a la experiencia
individual, mientras que la social, aplicada más en Gran Bretaña, son estudios
donde se procura aislar un sistema determinado de relaciones sociales, dando
prioridad a las bases organizativas de la vida social. Es decir, la
antropología cultural procura comprender el total de la vida cultura humana y
la social se concentra en las bases organizativas de las sociedades humanas (Barfield, 2000, págs. 34,37) .
La antropología social como ciencia ha trabajado a partir de
la idea de que todas las sociedad humanas tienen elementos en común, y que las
diferencias pueden entenderse sobre la base de principios universales. La
antropología cultural en cambio, opera con el postulado de que cada cultura
tiene que ser entendida como única por ser algo peculiar, algo distinto a las
demás (Barfield, 2000, pág. 37) .
Asimismo, se puede mencionar a la sociología como otra de las
ciencias sociales, que puede confundirse con la antropología social, ya
que estudia a la sociedad humana dentro
del contexto histórico-cultural en el que se encuentra, más concretamente a las
diversas colectividades, asociaciones, grupos e instituciones que los humanos
forman y las relaciones que estos mantienen entre sí; investiga la estructura,
los procesos y la naturaleza de la sociedad humana en general (Giner,
2010, págs. 15-16) .
Precursores
de la Antropología cultural y social y de la Sociología
El antropólogo británico Edward Tylor
(1832-1917) es un precursor de la antropología cultural, y el estadounidense
Lewis Henry Moran (1818-1881) llegó a ser una figura fundamental de la
antropología social británica.
Asimismo, otros muchos
antropólogos han contribuido a la disciplina. Por ejemplo, de la antropología
social se pueden mencionar británicos como Henry Sumner Maine (1822-1888),
William Robertson Smith (1846-1894),
J.F. McLennan (1827-1881) y Alfred Radcliffe-Brown (1881-1955), el suizo J.J
Bachofen (1815-1887), el danés Carl Starke (1858-1926), el finlandés Edward
Westermarck (1862-1939), el holandés Arnold van Gennep (1873-1952) y los
franceses Émile Durkheim (1858-1917), Marcel Mauss (1872-1959) y Robert Hertz
(1882-1915). Sin embargo, en las descripciones de los orígenes de la disciplina
las figuras clave no son pensadores como los ingleses Thomas Hobbes (2588-1679)
y John Locke (1632-1704) quienes especularon acerca de las condiciones
fundamentales de la sociedad, sino Montesquieu (1689-1755), Adam Ferguson
(1723-1816) y Adam Smith (1723-1790), quienes procuraron extraer principios
generales de las interrelaciones estructurales en las sociedades (Barfield, 2000, págs. 34-35,37) .
Respecto a la antropología
cultural, cuyas raíces se encuentran en la filosofía historicista alemana y el
pragmatismo norteamericano, le han aportado geógrafos históricos alemanes como
Karl Ritter (1779-1859) y Adolf Bastian (1826-1905), Morgan Henry Schoolcraft
(1793-1862) y John Wesly Powell (1834-1902). De igual manera aparecen autores
como los norteamericanos Franz Boas (1858-1942) y Cifford Geertz (1926-2006);
este último opinaba que el objeto de la antropología como disciplina, sin hacer
distinciones entre lo social y cultural, era estudiar la diversidad cultural en
todas sus facetas a través de la observación de la conducta humana en su
contexto cultural. Como se puede observar, los pensadores que aportaron a la
antropología cultural pertenecen en su mayoría al siglo XIX, aunque es
importante mencionar que esta disciplina es una continuación del impulso
intelectual de describir el mundo tal como parece ser de viajeros observadores
y autores de historia natural desde épocas del Renacimiento, (Barfield, 2000, págs. 35,37) .
Por su parte, tal como lo menciona
Giner (2010, pág. 17) la sociología tiene su
precedente a nombres como los franceses Henri
de Saint-Simon (1760-1825), Auguste Comte (1798-1857) y Émile Durkheim
(1858-1917), los alemanes Karl Marx (1818-1883), Georg Simmel (1858-1918), Ferdinand
Tönnies (1855-1936) y Max Weber (1864-1920), los británicos Herbert Spencer
(1820-1903), Harriet Martineau (1802-1876) y Beatrice Potter Webb (1858-1943), el
italiano Vilfredo Pareto (1848-1923), el estadounidense Talcott Parsons
(1902-1979), el austriaco Alfred Schütz (1899-1959), entre otros, aunque ya
desde la Edad Media se habían realizado reflexiones sociológicas, tales como
las del árabe Ibn Jaldún (1332-1406).
Evolución
en su estudio
Como ya se ha mencionado, a lo largo
de la historia el concepto de cultura fue evolucionando hasta lo que es hoy.
Junto a las diversas escuelas de pensamiento, los autores crearon teorías y
definiciones que configuraron lo que hoy se considera cultura en el sentido
antropológico. Con estas teorías, los estudiosos enriquecieron su sentido,
abriéndole nuevas perspectivas, pero en el propio proceso actual de globalización
en el que se está inmerso, presenta nuevas cuestiones y desafíos para la reflexión
antropológica.
Hay teorías que ponen sobre relieve a la tendencia
sociológica, otras que consideran a la cultura como algo indefinido, una
confusión, estructurada de símbolos y significados, una sobrevaloración del
concepto, una invención de los antropólogos. Hay definiciones de tipo
analíticos y otras de tipos más sintético.
Definiciones
clásica y contemporánea del término cultura
La definición clásica del
concepto de cultura apareció en Inglaterra a finales del siglo XIX con los
postulados del poeta Mathew Arnold en su libro “Cultura y anarquía”, quien la definió
como la consecución de la perfección, y de Edward B. Tylor (el padre de la
antropología) que la describió como un conjunto complejo que incluye
conocimiento, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y varias otras
aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad, que
constituyen patrimonio de determinado grupo social (Lerma-Martínez, 2005, pág. 26) . Posteriormente el
concepto de cultura se fue enriqueciendo con varias contribuciones, tal como se
muestra en la Tabla 2.
Tabla 2. Desarrollo
del concepto de cultura
Fuente: Elaboración propia con información de Lerma-Martínez
(2005, págs. 26-27)
Autor
|
Origen / año
|
Definición de cultura
|
Afirmaciones a destacar de la definición
|
Edward B. Tylor
|
Inglaterra, 1871
|
Conjunto complejo que incluye
conocimiento, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y varias otras
aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad
|
La cultura se adquiere por el hombre como miembro de
una sociedad, no por transmisión biológica; existen tantas culturas como
sociedades; la cultura es algo complejo que puede descomponerse en elementos.
|
Concilio Vaticano II
|
Italia, 1959
|
Se refiere al progreso del individuo
que desarrolla todas sus potencialidades gracias a la aplicación de su
inteligencia y talentos; mentalidades de un grupo humano.
|
La cultura tiene una dimensión
humanista (“bienes y valores de la naturaleza); histórico y social,
sociológico y etnológico y la pluralidad de culturas; todos tienen derecho a
la cultura.
|
Vinigi L. Grotanelli
|
Italia, 1965
|
Es toda la actividad consiente y
deliberada del hombre como ser racional y como miembro de una sociedad, y el conjunto
de las manifestaciones concretas que derivan de aquella actividad.
|
La cultura es la expresión del hombre
como individuo y como miembro de una sociedad; hay una distinción entre
acciones, el pensamiento y la voluntad, y la fisiología que pueden transformarse
en acciones culturales.
|
Clifford Geertz
|
Estados Unidos, 1988
|
Una estructura de significados,
transmitidos históricamente, materializados simbólicamente, para comunicar y
desarrollar el conocimiento humano y las actitudes para la vida; una lógica
informal de la vida real y del sentido común de una sociedad que funciona
también como control.
|
El significado que encierra la cultura
expresados a través de la lengua simbólica; los sistemas en que se encuadran
las cultura que forman como un tejido dotado de sentido; el dinamismo de la
cultura a la que mantienen viva
|
José Luis Augusto Castro
|
Colombia, 1988
|
Conjunto de relaciones del hombre con
la naturaleza, con sus semejantes y con Dios, con sus expresiones,
instituciones, significados y comportamientos.
|
La cultura tiene una parte ideal y una
parte real, la primera indica el comportamiento que deberían tener, mientras
que la segunda es lo que realmente hacen y experimentan
|
Partiendo
de las definiciones explicadas en la Tabla 2,
se puede concluir que la cultura es un conjunto complejo de significados
aceptados por una sociedad, respecto a comportamientos, valores, conocimientos,
experiencias, etc. que forman parte del patrimonio de un pueblo o civilización,
la cual está influida por sus condiciones naturales como las geográficas y
climáticas, así como por los sucesos que han enriquecido su historia.
Cultura
del mexicano: algunos elementos que la caracterizan
La
cultura de México, como la de muchos otros países que han sido conquistados, refleja
su realidad como una mezcla de culturas que incluye elementos de diversas tipos:
antiguos (de los pueblos prehispánicos del período colonial), reciclados (de
otras culturas como la norteamericana) y modernos, aunque como lo menciona Maldonado
(2010, pág. 236) , la cultura mexicana
nunca ha sido moderna, sino que ha mantenido rasgos premodernos. Este autor dice
que es una cultura estancada, indispuesta a avanzar y progresar, que prefiere
dar la vuelta sobre sí misma, y busca la razón remontándose al inicio de la
historia del mexicano desde los aztecas. Explica que esta civilización
realmente nunca se sintió dueña de la tierra a la que habían llegado después de
un largo peregrinaje (siempre la consideraron prestada) y que basaron su imperio
bajo este signo; después, durante la Colonia, tanto indios como españoles
sabían que se habían convertido en “una raza intermedia”: ya no eran totalmente
indios ni totalmente españoles; hasta llegar a la actualidad, el mexicano ha
sido pensado e imaginado como un ser ambiguo, ya sea que se acuse de inacabado o
que se vea a sí mismo como un espíritu lleno de contradicciones.
Asimismo,
la cultura mexicana se ha dejado influenciar por lo extranjero, y eso se puede
ver desde los hechos sucedidos con La Malinche en tiempos de la conquista de
Hernán Cortés, así como en épocas posrevolucionarias de Porfirio Díaz, donde se
vivió una imposición cultural dado que la élite gobernante estaba endiosada con
lo extranjero, específicamente de lo francés y anglosajón, a lo que consideraba
como superior a todo lo nacional: lecturas, formas de hablar, modas, vestido,
costumbres, etc. (Magallón-Anaya, 2007, pág. 13) .
Además, tal como lo menciona De
la Peña (1994, pág. 157) , del mundo colonial
llegó un cúmulo de símbolos comunitarios y corporativos tradicionales: los santos
patronos del barrio, los edificios que alojaban cabildos o cátedras
episcopales, siendo el símbolo español por excelencia una imagen religiosa: la
virgen de Guadalupe. Pero tras la independencia, los nuevos gobiernos se
propusieron la tarea de crear nuevos símbolos nacionales, como la bandera y el
escudo, el himno, la Constitución y todos los héroes cívicos que habrían de
sustituir a los santos católicos, para inducir al pueblo el amor a la patria y
al pueblo, la defensa del territorio y el apego a la ley. Aunque, como lo
menciona Maldonado (2010, pág. 238) , en realidad los
mexicanos no caminan al pie de la letra de la ley, mencionando sus orígenes en el
incumplimiento a las Leyes de Indias en la América española, la cual concedía ciertas
prerrogativas a los indios: “la ley se obedece, pero no se cumple”. Desde
entonces, el problema del mexicano es hacer que coincidan el enunciado y la
práctica.
Otra hipótesis que sustenta Girola (2011, pág. 101) es que los miembros
de la sociedad mexicana desarrollan una compleja gama de “predisposiciones” a
actuar que pueden implicar el no respecto al orden normativo convencionalmente
aceptados. En ese sentido puede hablarse de una arraigada cultura de la
transgresión en México.
Howell y otros (2007, pág. 450) mencionan que gran
parte de la sociedad mexicana es muy tradicional, con énfasis en la familia,
machismo (los hombres tienen rango superior al de las mujeres), así como un
liderazgo paternalista y autocrático en aquellos que muestran autoridad centralizada; además, los mexicanos
demuestran gran respeto y cooperación con aquellos que son más altos en la
jerarquía social, y las relaciones personales con la familia y amigos a menudo
tienen prioridad sobre otras cosas.
Respecto a la estructura
familiar de los mexicanos estos autores explican que muy estrecha, y que tienen
una fuerte figura paterna y de devoción hacia los los miembros de la familia,
que ha sido una fuente de crianza, protección y apoyo en contra de sus
circunstancias, que han sido consecuencia en su mayoría por los malos
gobernantes que han tenido durante generaciones. Muchos mexicanos se han
sentido traicionados por la gran cantidad de gobiernos que los han explotado o
ignorado sus necesidades, es por eso quizás que a menudo se comportan de forma
individualista cuando están fuera de propias familias (son protectores de su
"territorio") y este tipo de individualismo social a menudo
desalienta a las organizaciones donde se involucran y anima a las personas a
aprovechar las oportunidades aunque se valgan de los demás.
Además, se podría agregar el
hecho de que el tiempo para los mexicanos se ve sin ningún sentido de urgencia
para la puntualidad y la planificación a largo plazo no es importantes,
preocupándose sólo por el hoy porque el futuro es incierto y siempre tendrán a
la familia para salir de los apuros.
Además, vale la pena mencionar a
la gastronomía como otro elemento fundamental de la cultura mexicana, la cual también
se funda en el encuentro de los alimentos de los dos pueblos: de los nativos de
México son el maíz, chile, frijol, calabaza, aguacate, camote, jitomate, cacao,
el guajolote y técnicas de cocina como la nixtamalización, cocimiento en hornos
a ras de tierra y la molienda en molcajete; el español aportó carnes de puerco,
res y pollo, pimienta, azúcar, leche, trigo, cítricos, etc. De esta mezcla se
crearon los típicos platillos mexicanos como el pozole, mole, barbacoa, tamales,
chocolate, tacos y todos los antojitos mexicanos, atole, champurrado, jamaica, horchata,
dulces cristalizados, rompope, cajeta, tequila, etc. Asimismo, otros pueblos
también han aportaron, tal como lo hizo China con el arroz, Alemania y los
quesos menonitas, los americanos y el pan de caja, entre otros (Camarena-Rosales, s.f) .
Así pues, se podría resumir
que actualmente en la forma de vida del mexicano destacan algunas características como como su
alegría, sus valores, la unidad de familias nucleares y ampliadas, el respeto,
el trabajo duro de la tierra y la solidaridad con la comunidad en momentos
díficiles, así como aspectos religiosos relacionados con la veneración a la
Virgen de Guadalupe, de la cual esperan que les haga “el milagro”. Además, se
observa un alto colectivismo familiar, prominencia de relaciones
interpersonales y un individualismo social, lo que pueden ser vistos como una
respuesta a las debilidades de las instituciones públicas (falta de unidad a
nivel social), así como una respuesta a la prevalencia de alta distancia del
poder y el autoritarismo.
Como conclusión se puede decir que la cultura es algo complejo de
definir, dado a las características que ha venido adquiriendo el término desde
su origen hasta la actualidad, y los diferentes enfoques que han tenido los
estudios que han girado en torno a ella dentro de ciencias como la sociología y
la antropometría.
Dentro de este concepto caben
elementos como comportamientos, valores, conocimientos, experiencias, etc., y
que conforman el patrimonio de una sociedad tal como la mexicana, que aunque se
ha conformado de la mezcla de otras diversas culturas, pero que ha generado su
propia identidad a través de la historia, y que actualmente es describa por características
como su alegría, el valor que le proveen a la familia y otras relaciones
personales, la fuerza con que se venera a la virgen de Guadalupe, su sentido
paternalista, entre otras.
Lo que queda claro es que todas
estas características que conforman la cultura de cualquier pueblo, van a tener
un impacto, positivo o negativo, en el ámbito organizacional, por lo que se
tienen que considerar cuando se estudia el desempeño organizacional. Así pues, en
México no se debe olvidar la forma individualista que presenta sus paisanos, el
sentido que le dan al tiempo y a la puntualidad, o su incapacidad para planear
a largo plazo, y trabajar con esto para lograr que se integren a la
organización y poder así, lograr los propósitos de ambas partes.
Referencias
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Educativa: http://www.televisioneducativa.gob.mx/cete/index.php/articulos/436-gastronomia-mexicana-patrimonio-cultural-inmaterial-de-la-humanidad
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59820809004
Howell, J. P., De la Cerda, J., Martínez, S. M., Prieto, L.,
Bautista, J. A., Ortiz, J., . . . Méndez, M. J. (Diciembre de 2007). Leadership and
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doi:10.1016/j.jwb.2007.06.006
Lerma-Martínez, F. (2005). La cultura y sus procesos.
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Magallón-Anaya, M. (Agosto-diciembre de 2007). Samuel Ramos y
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13-22. Obtenido de http://www.utm.mx/temas/temas-docs/ensayo2t33.pdf
Maldonado, M. (2010). Mexi-canos. Cultura mexicana y
posmodernidad. IUS. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla
A.C., I(25), 236-246. Obtenido de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=293222977014
5 comentarios:
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Enhorabuena, está genial.
Muy buen post!
muy buen post
Me agrado...
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