Ante el cambio imperante en la época actual, toda organización
debe preocuparse por adaptarse a las nuevas condiciones que se presenten,
desarrollando proyectos que les permitan mejorar su desempeño y acercarse a los
ideales que se haya planteado. Pero, ¿cómo asegurar que dichos proyectos sean
exitosos y logren los objetivos y metas establecidos? ¿Es correcto confiar el
desarrollo de los proyecto a consultores externos? O ¿es necesario que se
involucren a los administradores en ello? Y si es así ¿cómo habilitarlos? En
este documento se espera aclarar dichas dudas.
El futuro de toda organización depende del aumento de la
capacidad y productividad de su recurso humano. En las organizaciones que
aprenden, el desarrollo humano a largo plazo es parte continua e integral de la
vida diaria y cada vez hay más personas que se responsabilizan del desarrollo no
sólo de sus competencias, sino las de aquellas personas para y con las que
trabajan, aunque las oportunidades y recursos disponibles para ello es cada vez
más escaso (Leibling & Prior, 2004) . Dado lo anterior,
las técnicas de coaching se han
vuelto muy normales en la gestión empresarial, ya que ofrece a las personas la
oportunidad de ayudar a los demás y a sí mismas para que sean tan buenas como
puedan ser en el ámbito profesional.
De acuerdo a Payeras (2004) ,
coaching es un término estadounidense
muy de moda en estos días, aunque se ha usado por más de dos décadas por los
directivos de las empresas, quienes deben obtener resultados a través de las
personas que gestionan. Para este autor, coaching es la forma en que alguien
ayuda a otra persona a que sea capaz de conseguir sus propios resultados en
conexión con el equipo al que pertenece. Por su parte, Bou-Pérez (2009) explica que el coaching se podría definir según aquel
que lo practica, ya sea como una herramienta poderosa de cambio que permite
orientar a la persona hacia el éxito, o bien, como una filosofía de vida que
suspira con un mundo mejor. El coaching es un proceso sistémico de aprendizaje,
focalizado en la situación presente y orientada al cambio, en el que se
facilitan unos recursos y unas herramientas de trabajo específicas que permiten
la mejora del desempeño en aquellas áreas que las personas demandan.
Según Muradep (2009) ,
el coaching se puede aplicar a diferentes áreas incluyendo: la deportiva,
personal, organizacional, ejecutivo, de equipos, entre otros. Para esta autora,
el coaching organizacional es aquel aplicado a la empresa, como una muestra
clara del compromiso de esta con el desarrollo de su gente, ofreciendo una
inversión a largo plazo con un mejor resultado en el desempeño y contribuyendo
a la creación de una cultura colectiva basada en el apoyo.
El coach es un partner
más o menos constante en el tiempo durante un periodo determinado, que ayuda al
cliente en la producción de mejores resultados profesionales analizando su
interacción personal con las variables que inciden en ellos. De esta forma el
cliente amplía su capacidad de aprendizaje teórico y práctico a través del
proceso de coaching, que no solo debe estar orientado a perfeccionar su
rendimiento profesional, sino también a mejorar su calidad de vida, ya que si
se incide en una mejor calidad de vida profesional también se incidirá en
mejores resultados (Payeras, 2004) . El coach guía y apoya al cliente para
obtener lo mejor de sí mismo, alcanzar lo que quiere alcanzar y ejercer los
cambios que necesita; colabora para que las personas sean un observador
distinto, orientándolas hacia un nuevo modo de actuar, lo que determinará una
nueva modalidad de ser y de enfrentarse al mundo (Muradep, 2009) .
Según Roman & Fernández
(2008) , existen cinco
características básicas del coaching: 1) Se focaliza en comportamientos que
pueden ser descritos y mejorados, 2) Se intercambian ideas e información que
dan respuesta a las preguntas planteadas; 3) No sólo el coach se responsabiliza
en la mejora esperada, sino que el que recibe el coaching comparte la
responsabilidad de conseguir la máxima utilidad posible, 4) Existe una meta
claramente definida; y 5) Existe respeto entre ambas partes.
Payeras (2004)
indica que el proceso del coaching se compone de siete pasos: diagnóstico,
clarificación de objetivos del proceso de coaching, diseño del plan de trabajo,
análisis del logro de los resultados, consolidación de los resultados
conseguidos, conclusión de la relación personal y supervisión del coaching de
equipo. Para Flaherty (2010) , el flujo del
coaching se compone de cinco etapas: relación, inicio, evaluaciones,
involucramiento y el coaching por sí mismo. Además, Ravier (2005) también explica
diferentes modelos de coaching, tal como el modelo GROW, el modelo OUTCOMES y
el modelo ACHIEVE.
Por su parte, para Rodriguez
(2008) existen diversas
metodologías para el coaching aunque hay una que mejor se adapta a la
implementación del coaching por los gerentes en organizaciones. Esta
metodología es una variación de la que en inglés se conoce como por el acrónimo
ARROW que establece el orden del método en la entrevista: Objetivos, Realidad,
Reflexión, Opciones, Acciones, agregándoles además el Seguimiento. En la Tabla 1 se
presentan las preguntas típicas que se conducen el desarrollo de cada etapa.
La primera etapa se refiere a esclarecer los objetivos del
cliente, los cuales pueden ser generales o específicos, de largo o corto plazo,
y de mayor o menor importancia, y determinar en qué forma el coaching sería un medio para alcanzarlos.
Determinando cómo puede el coaching ser un medio efectivo para alcanzar los
objetivos, su introducción se transforma en un objetivo por sí misma, por lo
que vale la pena preguntarse que se espera lograr, qué metas obtener, cómo
saber que se avanza, y en cual plazo se estima que se debería ver los
resultados, pero sobre todo, que resultado se espera ver en cada etapa.
Tabla 1.
Metodología de coaching
Adaptado de: Rodriguez
(2008)
Etapa
|
Preguntas que
deben formularse al cliente (coachee)
|
Objetivos
|
¿Qué buscas lograr a largo
plazo? ¿Qué tendrías que lograr antes para asegurarlo? ¿Qué influencia tienes
en ello? ¿Qué lograras con ésta discusión? ¿Por dónde empezarías? ¿Qué
necesitas? ¿Cómo lo puedes obtener? ¿Es ese el primer paso?
¿Has considerado otras
alternativas? ¿Cómo afectará a otras personas? ¿Tienes dudas al respecto?
¿Entonces puedes hacerlo de inmediato? ¿Cómo juzgaras tu éxito? ¿Cuándo
empiezas?
|
Realidad
|
¿Qué está ocurriendo? ¿Cuánto
es? ¿Cuándo ocurre? ¿Qué sientes al respecto? ¿Por qué crees que ocurre? ¿Qué
piensan otros involucrados? ¿Cómo te afecta eso? ¿Es eso todo lo que ocurre?
¿Has considerado su punto de vista? ¿Cómo actuarías si fueras tu jefe? ¿Qué otra cosa podrías hacer? ¿Cómo empezó? ¿Lo estas analizando con
calma? ¿Es realmente objetivo tu punto de vista?
|
Reflexión
|
¿Qué tan lejos están tus
objetivos de la realidad? ¿Qué tan realista es eso? ¿Es esa toda la realidad
en esto? ¿Estás seguro de todo? ¿Pudieras investigar más? ¿Cómo lo ves ahora?
¿Eres completamente honesto contigo mismo en esto? ¿Qué te ocurre en
realidad?
|
Opciones
|
¿Qué se podría hacer en
éste asunto? ¿Qué pudieras hacer al respecto? ¿Qué otras cosas se pudieran
intentar? ¿Qué estás dejando de considerar? ¿Por qué no intentarlo? ¿Qué
harías si dispusieras de más? ¿Has verificado eso personalmente? ¿Qué harías
tú si estuvieras al mando? ¿Qué otra cosa se te ocurre? ¿Hay posibilidades
que dejas aún por fuera? ¿Por qué no las consideras? ¿Estás seguro que no se
puede? ¿Qué más podrías investigas? ¿Quieres escuchar alguna sugerencia?
|
Acciones
|
¿Qué harás exactamente?
¿Cuándo lo harás? ¿A quién o quienes debes informar? ¿Cuándo y cómo se los informaras? ¿Qué
necesitas? ¿Cómo lo obtendrás? ¿Qué apoyo necesitarás? ¿Quién o quienes te lo
prestarán? ¿Cómo los afectará eso? ¿Te surge alguna duda nueva? ¿Qué
necesitas que haga yo? ¿En una escala del 1 al 10 cual es honestamente tu
real grado de compromiso con esto? ¿Qué te falta para alcanzar el 10?
|
Seguimiento
|
¿Qué pasó o cómo te fue
con aquello? ¿Por qué? y ¿Cómo te sientes al respecto?
|
La segunda etapa se relaciona con la capacidad de la
organización para adoptar el objetivo y alcanzar las metas, considerar que
riesgos y beneficios implicaría para aquellos que quedarían a cargo, y de qué
forma se relacionaría con el resto de los esfuerzos de formación, así como de
que recursos se dispondría realmente, pero sobre todo en qué medida es factible
que la filosofía del coaching sea asumida en la organización y cuál ha sido la
actitud tradicional de la directiva hacia el tipo de habilidades que el
coaching pretende desarrollar. Esta etapa es la más dura y puede desanimar
profundamente a quien supera sus errores de percepción y se tropieza de frente
con los aspectos que se había empeñado inconscientemente en negarse a ver.
Incluso puede producir desanimo, por lo que es indispensable despertar el
optimismo del sujeto, no imponiendo el punto de vista del coach sino
conduciéndolo hacia una perspectiva propia que le permita avanzar con
convicción en su actuación sobre la realidad tal cual es.
La tercera etapa referente a la reflexión parte de la
distancia entre la realidad y los objetivos, y desglosa las metas en términos
de factibilidad para tratar de determinar por qué y cómo se introduciría el
coaching, y que más se necesitaría para lograr los objetivos que con su
introducción se pretende alcanzar. La reflexión permite reconsiderar la
realidad y descubrir aquello que no se había comprendido que era parte de la
misma y relacionarla razonablemente los objetivos, cosa que generalmente
conduce a reconsiderarlos detalladamente.
En la cuarta etapa se tendrán claros los fines, se habrá
analizado la realidad, detectado cualquier problema que obstaculice el avance, hasta
llegar a considerar los medios para lograrlos. El principal problema al
considerar opciones es lo difícil que puede resultar romper hábitos y
preconcepciones, ya que determinar las mejores pudiera requerir de cierta
originalidad.
Para la quinta fase el coach tiene dos objetivos: asegurarse
que el sujeto determine un curso de acción razonable e inmediata y verificar el
grado de compromiso del sujeto con las acciones a emprender. Las acciones son
aquellas que se puedan poner en práctica de inmediato y que conducen a la
siguiente acción, además identificar a quienes se debe involucrar para avanzar y
en qué grado será la clave de un curso de acción relista y razonable.
En la última etapa y debido a que en el coaching la pauta la
fija quien lo recibe y no quien lo da, el seguimiento requiere de cierta
sutileza. En el caso del coaching que ofrece un gerente a sus subordinados, la
ventaja está en que la observación directa y discreta es más simple para un
gerente que actúa como coach que para un asesor externo, y la observación
facilita el seguimiento. Es importante recordar que el gerente está ejerciendo
un doble papel que no siempre es fácil de reconciliar, pues observará desde una
posición de autoridad la implementación o la ausencia de ésta, de un plan de
acción que conoció como coach lo que implica la fuerte tentación de interferir
con autoridad en circunstancias en que no lo hubiera hecho de carecer de la
información obtenida en el coaching.
Finalmente, hay algo a considerar: el coaching implicará un
cambio en la cultura organizacional que se extenderá y se hará parte de ella,
con lo que la evidencia de los beneficios del coaching y la compresión de su
naturaleza conducirá hacia una demanda interna de coaching para extender dichos
beneficios a toda la organización.
Como conclusión, existen diferentes modelos, metodologías y técnicas
asociadas al coaching que permiten su desarrollo exitoso, ya sea por asesores
externos o por los integrantes de la misma, pero independiente de por quién se
haga y cómo sea realizado, el coaching deberá ser un medio que puede ser
utilizado para facilitar un cambio en la organización que le permita lograr los
fines que se haya propuesto.
Referencias
Bou-Pérez,
J. F. (2009). Coaching para docentes. El desarrollo de habilidades en el
aula (3ra ed.). España:
Editora Club Universitario.
Flaherty,
J. (2010). Coaching. Evoking excellence in others (3rd ed.). USA:
Butterworth-Heinemann.
Leibling,
M., & Prior, R. (2004). Coaching: paso a paso. Métodos que
funcionan. España: Gestión 2000.
Muradep, L. (2009). Coaching para la transformación
personal. Un modelo integrado de la PNL y la ontología del lenguaje.
Argentina: Granica.
Payeras, J. (2004). Coaching y liderazgo. Para
directivos interesados en incrementar sus resultados. España: Diaz de
santos.
Ravier, L. (2005). Arte y ciencia del coaching. Su
historia, filosofía y esencia. Buenos Aires, Argentina: Dunken.
Rodriguez, G. (2008). Domine el coaching y potencie
su empresa. Venezuela: Lulu.
Roman, J., & Fernández, M. (2008). Liderazgo y
coaching. Argentina: Libros en red.
1 comentarios:
Muy interesante artículo!
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