En la actualidad, la cultura es una
de tantas variables estudiadas en las organizaciones, no sólo por antropólogos,
sociólogos o psicólogos, sino para cualquier académico y/o empresario interesado
en mejorar el desempeño de sus organizaciones, ya que dicha variable está
estrechamente relacionado con el éxito empresarial.
Por
lo anterior, en este ensayo se pretende no sólo dar un breve antecedente
respecto al tema, explicando no sólo el origen del uso del término en las
organizaciones, su definición, precursores y la evolución en su estudio, sino
que además se presentan algunas experiencias documentados en España e
Iberoamérica con la finalidad de responder a la siguiente pregunta: ¿cuáles son
las posturas y/o métodos predominantes en el análisis de la cultura
organizacional?
El término cultura ha sido estudiado
desde finales del siglo XIX, pero no es hasta la segunda mitad del siglo XX que
aplicado a las organizaciones, durante el movimiento del management comparativo que se desarrolló durante los años 50 y 60
cuando se empezaron a presentar problemas en las industrias debido a que sus
actividades se realizaban en diferentes naciones, y por ende, se confrontaban
culturas diferentes del mundo, especialmente la europea, soviética y china (Aktouf, 2002, págs. 64-65) . Posteriormente, a
comienzos de los años setenta la cultura fue analizada sobre todo en el ámbito
de la sociología industrial, pero no fue sino hasta los ochenta cuando el
interés por la cultura aumentó considerablemente, quizá por la crisis que
enfrentaba el modelo de gestión de las empresas norteamericanas frente al nuevo
éxito que los japoneses estaban adquiriendo en ese entonces. Asimismo, también
los académicos se interesaron en el tema porque buscaban entender mejor cómo la
cultura influía en el desempeño de una organización (Sánchez, Tejero, Yurrebaso, & Lanero, 2006, pág. 375) .
En la literatura se menciona que ha habido muchos
precursores lejanos e indirectos de la corriente de la Cultura Organizacional
(CO), tales como Elton Mayo y sus colaboradores (Fritz Roethlisberger, W.J Dickson,
W. Lloyd Warner, entre otros) quienes entre los años 1924 y 1932 estudiaron los
factores que incidían en el desempeño de los trabajadores y realizaron los
famosos experimentos Hawthorne, llegando a la conclusión que el desempeño no
está determinado por la capacidad física del trabajador sino por normas
sociales y las expectativas que se tienen del grupo al cual pertenece, y que los
trabajadores no actúan ni reaccionan aisladamente como seres individuales sino
que se apoyan en el grupo (García-Alvarez, 2006, pág. 164) .
Sin embargo, aunque estos autores hablaban ya de un sistema
social ideológico y simbólico, nunca lo
nombraron como CO, hasta que aparece el francés Elliot Jaques quien dio una
definición a este término a principios de la década de los cincuenta. Sin
embargo, no fue sino hasta los años ochenta cuando el término se populariza y
diversos académicos empiezan a realizar investigaciones alrededor del tema,
ocasionando el primer conflicto actual que se tiene en esta área de estudio: la
falta de consenso entre los autores para definir el concepto de CO, tal como lo
explican Hernández-Calzada, Mendoza-Moheno y
González-Fernández (2007, pág. 2) .
Como se puede observar en la Tabla
1, se han propuesto definiciones por diversos autores a través de
los años; algunas son descriptivas como la de Rousseau y otras más sintética como la propuesta por Deal
y Kennedy, pero en todas ellas hay elementos en común, con los cuáles se puede
generar una nueva definición como la que sigue: La cultura organizacional es
aquello que explica el por qué y cómo se realizan las cosas en una
organización; se compone de valores, creencias, comportamientos, suposiciones,
significados, lógica, etc., que se adquieren dentro de dicha organización en un
proceso de aprendizaje colectivo.
Tabla 1. Diferentes
definiciones del concepto de cultura organizacional
Fuente:
Elaboración propia con información de Hernández-Calzada,
Mendoza-Moheno y González-Fernández (2007) y Aktouf (2002)
Autor
|
Año, país
|
Institución
|
Definición
|
Elliot Jaques
|
1951,
Canadá
|
Instituto Tavistock de
Relaciones Humannas
|
Es el modo de pensar y de
actuar habituales de la gente, modo que debería ser aprendido y aceptado y que es más o menos
compartido.
|
Terrence E. Deal y Allan A. Kennedy
|
1982,
EU
|
Harvard, Stanford y
Vanderbilt
|
Es la forma en que se
hacen las cosas en una organización.
|
B. Uttal
|
1983
|
--
|
Sistema compartido entre
la gente de valores que expresan lo importante y creencias de cómo funcionan
las cosas, con una estructura y
sistema de control para producir normas de comportamiento respecto a cómo
hacer las cosas en una organización.
|
Edgar Schein
|
1985,
EU
|
Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT)
|
Suposiciones básicas
inventadas, descubiertas o desarrolladas por un grupo mientras aprende a
enfrentarse a problemas de adaptación externa/interna, que han funcionado
bien y son consideradas válidas, por lo que son enseñadas a nuevos miembros
como la forma correcta de percibir/sentir los problemas.
|
Jay B. Barney
|
1986,
EU
|
Universidad del Estado de
Ohio
|
Complejo de valores,
creencias, suposiciones y símbolos que definen la forma en que una empresa
conduce su negocio.
|
Daniel R. Denison
|
1990, Suiza
|
Instituto Internacional
para el desarrollo de la administración
|
Código, lógica y sistema
de comportamientos estructurados y significados que han pasado la prueba del
tiempo y sirven como una guía colectiva para la adaptación futura y la
supervivencia.
|
Denise M. Rousseau
|
1993,
EU
|
Universidad Carnegie
Mellon (CMU)
|
Cogniciones compartidas
por miembros de una unidad social, adquiridos a través del aprendizaje social
y de la socialización (donde se expone a los individuos a diversos elementos
culturales), que conforman la experiencia social y dotan a sus miembros de
valores y marcos de comprensión.
|
Peter Dahler-Larsen
|
1994, Dinamarca
|
Universidad del sur de Dinamarca
|
Pegamento que sostiene una
organización junta.
|
J. L. Pariente Fragoso
|
2001
|
Universidad Autónoma de
Tamaulipas
|
Sistema de símbolos
creado, aprendido y trasmitido en la organización, con objeto de enfrentar
las demandas del entorno en el cumplimiento de la misión.
|
Así pues, como se observa, el
estudio de la CO ha evolucionado a través de los años, y ha habido diversas escuelas, tendencias y vínculos teóricos diferentes que
han marcado dicha evolución, que van desde: “los ideacionistas hasta los ecológico-adaptacionistas,
pasando por los cognitivistas, los histórico-difusionistas o aún los estructuro-funcionalistas”, pero la corriente dominante es la famosa
main stream donde la CO es un
conjunto de evidencias o postulados compartidos por los miembros, dirigentes y empleados, que es
como el cemento que mantiene la organización como un todo, le da un sentido a ella e identidad a sus miembros. No
obstante, en cualquier escuela, incluida la corriente dominante, la CO es “la
quasi-mágica comunión de todos, patrones y
obreros, dirigentes y dirigidos, en un mismo y entusiasta movimiento de apoyo
de la empresa y de sus objetivos” (Aktouf, 2002, pág. 65) .
Además, otra de las razones
del por qué es complicado realizar investigaciones respecto a la CO, tal
como lo menciona Hernández-Calzada,
Mendoza-Moheno y González-Fernández (2007, pág. 2) , es por las
diferentes perspectivas sobre las cuales ha sido concebida y el escaso nivel de
acuerdo entre los académicos sobre el método para su análisis. Toca-Torres y Carrillo-Rodríguez (2009, pág. 131) aseguran que existen dos enfoques para
su estudio: cualitativos (etnográficos, Focus Group, Percepción de Valores y
Filosofías, Juegos Proyectivos,
Entrevistas a Profundidad, Intercambio de Roles, etc.) y cuantitativos (policymakers), y que su elección
dependerá de los objetivos perseguidos (caracterización, medición o
intervención).
En la literatura se reportan múltiples estudios de CO, tal
es el caso el realizado en Colombia por Gómez-Roldán
y Ricardo-Bray (2012, pág. 19) quienes realizaron
una investigación utilizando un
instrumento basado en el modelo de Denison para identificar los perfiles generales
de cultura organizacional en 141 empresas de cuatro sectores productivos y la
asociación de estos perfiles con su desempeño innovador. Contrariamente a lo
esperado, no se encontraron diferencias significativas entre los perfiles de
los sectores, aunque si en las variables de CO de empresas innovadoras frente a
las poco innovadoras del mismo sector, confirmando además una asociación
estadística entre características de cultura e innovación, e identificando que
la discriminación por sectores también explica la innovación.
Otro de los estudios realizados en Colombia es el de Calderón-Hernández, Murillo-Galvis y Torres-Narváez
(2003, pág. 110) , quienes buscaban
establecer las relaciones entre la cultura organizacional y el bienestar
laboral, mediante una investigación con enfoque cualitativo y cuantitativo, en
la entrevistaron y aplicaron encuestas a trabajadores de diversos niveles organizacionales
de siete empresas. Los resultados muestran que la satisfacción del trabajador
está asociada con culturas orientadas al empleado, corporativistas, abiertas,
pragmáticas y con control laxo, pero no se pudo establecer que existía
asociación entre organizaciones con culturas orientadas al proceso y el
bienestar de sus empleados.
En España, Azanza, Moriano y
Molero (2013, pág. 45) realizaron un
estudio cuantitativo de análisis de regresión múltiple donde se examinó cómo la
orientación de flexibilidad en las culturas organizacionales facilitaba
resultados positivos en 571 trabajadores a través de su impacto en el liderazgo
auténtico. Los resultados mostraron que la promoción de una cultura flexible donde
los líderes proporcionan un contexto para la cooperación y apoyo podría
proporcionar un gran valor ya que produce efectos positivos en sus seguidores y
la organización en cuestión, tal como como la satisfacción en el trabajo.
En México, se reporta el
estudio de Guillén-Mondragón y Aduna-Mondragón (2008, pág. 47) respecto a la
influencia de la cultura y del perfil cultural, sobre el clima organizacional
en 172 personas de cuatro empresas industriales de la Delegación Iztapalapa de
la Ciudad de México. Esta investigación es de tipo cualitativo realizada a
través del análisis organizacional y estudio de caso comparativo, con la
finalidad de conocer el grado de asociación entre variables culturales y de
clima organizacional y su relación con el estilo de gestión en la definición
del clima laboral. Los resultados les permite afirmar a estas autoras que el
estilo de gestión en las empresas estudiadas es autoritario; las dimensiones de
distancia de poder, masculinidad-feminidad y aversión a la incertidumbre son
características importantes en su desempeño y que la dimensión de
individualismo-colectivismo se presenta débilmente en ellas. Sin embargo,
reconocen que no se pueden hacer generalizaciones ya que no todas las
organizaciones tienen el mismo comportamiento organizacional, aun dentro de una
misma cultura nacional, por lo que es importante buscar y atender las
especificidades de cada empresa y/o sector.
Por otro lado, existen estudios donde se proponen mecanismos
para facilitar la medición de la CO y su impacto en otras variables
organizacionales, tal como el realizado por Terán-Varela
y Lorenzo-Irlanda (2011, pág. 96) quienes estudiando
la influencia de la cultura organizacional (CO) en el desempeño laboral (DL) y
la productividad (P) de los trabajadores administrativos en Instituciones de
Educación Superior de México, tenían como hipótesis que si se tiene una CO
fortalecida entonces se produce un incremento en dicho desempeño y
productividad, por lo que en su investigación proponen un mecanismo que relaciona las tres variables (CO, DL y P), en
donde al afectar la CO se modifican e incrementa el DL y/o la P con base en un
programa de intervención.
Por último, Aguilar-Edwards (2009,
pág. 67)
destaca la existencia de un enfoque poco explorado en la investigación de la CO
y que tiene que ver con la cultura de grupos subyacentes, sus procesos
interactivos y su impacto en la construcción de la CO, sustentando la necesidad
de una reconceptualización del fenómeno que aporte mayores elementos para la
construcción de métodos de diagnóstico e intervención, que no sólo permita
conocerla, sino comprenderla desde su origen. La metodología, que fue aplicada en
una dependencia del gobierno municipal en la ciudad de Saltillo, Coahuila,
México, tiene un enfoque clínico, y en el estudio de caso se utilizaron diferentes técnicas de
recopilación a partir de una segmentación de grupos naturales (por tarea) al
interior de la organización: observación, revisión de fuentes documentales,
encuesta, entrevista dirigida y grupos focalizados.
Como se puede entender de la revisión de literatura, no
existe un sólo enfoque o un sólo método para medir la tan compleja CO, y aunque
todos saben qué es, pocos son capaces de identificarla y explicarla, debido
quizá a que tiene múltiples dimensiones que no son visibles; lo único
manifestado son las prácticas organizacionales, pero el resto de los
componentes de la CO son convicciones o creencias de los líderes y premisas
compartidas con todos los miembros. Lo que se puede afirmar es que la utilidad
de este tipo de estudios no debe terminar con su caracterización y medición,
sino al realizan propuestas concretas que permitan la mejora del desempeño
organizacional.
La cultura organizacional es una
variable importante a medir en cualquier organización, ya que refleja la
esencia del empresario y los trabajadores, y puede explicar el por qué algunas
iniciativas para mejorar el desempeño de las empresas prosperan y otras no.
Y
aunque no existe un consenso en su concepto y/o en su método de análisis, el
simple hecho de realizar un diagnóstico de la cultura de una organización,
provee suficiente información para generar un aprendizaje al analista, y brinda
además los datos pertinentes para poder plantear acciones de cambio y/o
formativas para los empleados y sus líderes.
Sin
embargo, sea cual el método utilizado para su estudio, su caracterización y/o
medición deberá ser utilizada para identificar su impacto en los resultados
generados por la organización hacia el exterior (responsabilidad social,
cobertura, rentabilidad, satisfacción), al interior (eficacia, efectividad, eficiencia),
así como en la salud, entusiasmo, compromiso y flexibilidad de sus miembros.
Por último, es importante
mencionar que cualquier estudio no debe terminar con esta caracterización o
medición, sino que es necesario llegar hasta el establecimiento de acciones que
permitan crear una cultura, que aunque no es tarea fácil porque requiere una
inversión constante y sustancial de recursos (sobre todo de tiempo), puede
traer múltiples beneficios al contar con el soporte de adecuada relaciones
internas o externas a largo plazo, permitiendo así una adecuada dirección y adaptación
a las circunstancias del entorno.
Referencias
Aguilar-Edwards,
A. (2009). El diagnóstico de "la" cultura organizacional o las
culturas de la cultura. Global Media Journal Edición Iberoamericana, 6(11),
67-81. Obtenido de http://gmje.mty.itesm.mx/5el_diagnostico.pdf
Aktouf, O. (Julio-diciembre de 2002). El Simbolismo y la
"Cultura Organizacional". De los abusos conceptuales a las lecciones
de campo. Ad-minister, 1(1), 63-93. Obtenido de
http://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/administer/article/viewFile/673/599
Azanza, G., Moriano, J. A., & Molero, F. (2013). Authentic leadership and organizational culture as drivers of
employees’ job. Journal of Work and Organizational Psychology, 1(29),
45-50. doi:http://dx.doi.org/10.5093/tr2013a7
Calderón-Hernández, G., Murillo-Galvis, S. M., &
Torres-Narváez, K. Y. (2003). Cultura organizacional y bienestar laboral. Cuadernos
de Administración, 16(25), 109-137. Obtenido de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=20502506
García-Alvarez, C. M. (2006). Una aproximación al concepto de
cultura organizacional. Universitas psychologica, 5(1), 163-174.
Obtenido de http://sparta.javeriana.edu.co/psicologia/publicaciones/actualizarrevista/archivos/V5N112unaaproximacion_concepto_cultura.pdf
Gómez-Roldán, I., & Ricardo-Bray, R. G. (2012). Cultura
organizacional: aproximación sectorial en Bogotá. Revista Facultad de
Ciencias Económicas: Investigación y Reflexión, XX(2), 19-41. Obtenido de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90925810005
Guillén-Mondragón, I. J., & Aduna-Mondragón, A. P.
(Enero-Marzo de 2008). La influencia de la cultura y del estilo de gestión
sobre el clima organizacional. Estudio de caso de la mediana empresa en la
delegación Iztapalapa. Estudios gerenciales, 24(106), 47-64.
doi:10.1016/S0123-5923(08)70031-7
Hernández-Calzada, M. A., Mendoza-Moheno, J., &
González-Fernández, L. (2007). La complejidad del estudio de la cultura
organizacional. En C. Mercado-Idoeta, Empresa global y mercados locales
(Vol. I, pág. 11). Madrid, España: Escuela Superior de Gestión Comercial y
Marketing, ESIC. Obtenido de
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2524039
Sánchez, J. C., Tejero, B., Yurrebaso, A., & Lanero, A.
(Agosto-diciembre de 2006). Cultura organizacional: desentrañando vericuetos. Revista
de Antropología Iberoamericana, 1(3), 374-397. Obtenido de
http://www.aibr.org/antropologia/01v03/articulos/010301.pdf
Terán-Varela, O. E., & Lorenzo-Irlanda, J. (Enero-abril
de 2011). Influencia de la cultura organizacional en el desempeño laboral y la
productividad de los trabajadores administrativos en instituciones de educación
superior. Omnia, 17(1), 96-110. Obtenido de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=73718406007
Toca-Torres, C. E., & Carrillo-Rodríguez, J.
(Julio-diciembre de 2009). Asuntos teóricos y metodológicos de la cultura
organizacional. Civilizar. Ciencias Sociales y Humanas, 9(17), 117-135.
Obtenido de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=100212301008
2 comentarios:
Excelente blog, me parece muy interesante la información que presentan, me gusta principalmente por que siento que escucho una de sus clases años después de haberme graduado.
¿Segurián escribiendo en esta plataforma?
Ok
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario / Thanks for your comment