Mucho se ha hablado y escrito
respecto a los cambios que se han venido gestando después de la segunda guerra
mundial, y cuyos efectos se ven reflejados en todos los aspectos de la vida
moderna. Se dice que actualmente se vive una sociedad diferente, más compleja y
cambiante, que se le ha llamado “sociedad del conocimiento”, pero ¿cuáles son las
características fundamentales de esta nueva sociedad? ¿Qué impactos ha traído
en la economía, el mercado, las organizaciones y las personas?
En
este documento se describe esta nueva sociedad y su diferencia con las
anteriores, así como lo que significa economía del conocimiento, con el
objetivo de entender cómo los mercados han cambiado, así como las implicaciones
que ha tenido en las empresas y la forma de ver los bienes y servicios
consumidos hoy en día.
Actualmente la sociedad está viviendo
una nueva realidad que se ha desarrollado gracias a la revolución de la
tecnología de la información, y que se basa en el conocimiento como la fuente
generadora de valor y riqueza de las economías mundiales.
Desde hace más de tres décadas Toffler
(1990) ya había vaticinado
estos cambios en la sociedad, en los negocios, la economía, la política y los
asuntos mundiales que afectarían a las empresas. Este autor describió tres
tipos de sociedades basadas en el concepto de "olas", afirmando que a
través de la historia han cambiado la fuente del poder, tal como se explica en la
Tabla 1.
Tabla
1. Evolución
social en tres olas propuestas por Alvin Toffler
Adaptado de: Toffler (1990)
Características
|
1°.
Ola: Pre-Industrial
|
2°. Ola: Industrial
|
3°.
Ola: Postindustrial
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Recurso clave
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La tierra
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La máquina
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El conocimiento
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Economía dominante
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Agrícola
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Industrial
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Servicios
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Grupos sociales
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Campesinos/Terratenientes
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Obreros /Empresarios
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Consumidores /Tecnócratas
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Materiales
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Madera, Hierro
|
Acero, Hormigón
|
Hiper-oferta
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Tecnologías dominantes
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Agrícolas
|
Energía y Procesos
|
Informática, Internet,
Robótica, Biotecnología, Nuevos
Materiales, Genética y Nano-tecnología.
|
Organización
|
Servidumbre
|
Taylorismo-Fordismo
|
Participación; Outsourcing
|
Fuentes de Poder
|
La Tierra: ganado y cosechas
(fuerza física)
|
Las Finanzas (riqueza)
|
Lo inmaterial (conocimiento)
|
Uso del poder
|
Es poder inflexible y sólo se
ejerce para castigar.
|
La riqueza se usa tanto para
castigar como para recompensar.
|
El conocimiento persuade. Con
él se logra desactivar situaciones de fuerza o dinero.
|
Duración del poder
|
Como la fuerza física es
finita, el poder será, por tanto, finito: el que tuviera y supiera usar el
garrote más grande y pesado, era rey.
|
Como la riqueza es finita, su
poder será igualmente finito
|
Como el conocimiento es
infinito, el poder también puede serlo: el que tiene el poder controla la
información, la experiencia, la comunicación, la tecnología.
|
Cultura
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Premoderna
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Moderna
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Post-Moderna
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Desarrollo Socioeconómico
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Lineal y moderado
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Exponencial
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Asintótico
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Duración
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Siglo XXX aC.
Hasta 1750
|
1750 hasta 1950/60
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1950/60 hasta ahora
|
Resultados
|
Se levantaron imperios y se
edificaron ciudades fortificadas.
|
Trajo la destrucción
sistemática del planeta, la contaminación ambiental, y el calentamiento
global.
|
La nación-estado
(de la primera ola) se vuelve obsoleta y surgen multinacionales.
La producción en
masa (segunda ola) se ve eclipsada por la generación de conocimiento, como
actividad económica primaria.
El valor de los
productos depende de qué tanto conocimiento incluyan en su diseño.
|
Según Toffler (1990) la sociedad se
encuentra en una “tercera ola” y la megatendencia fundamental es la búsqueda
del poder, que gracias a la educación y los medios de comunicación, el nuevo
sistema para crear riqueza ya no se basa en la fuerza bruta, sino en la mente y
lo que guarda (el conocimiento). En la era actual (la tercera ola), el poder
es acumulado por los poseedores de la información y el conocimiento. Este poder
es más democrático, ya que todos pueden tener acceso a él, incluyendo al pobre
y al débil. El control del conocimiento se centra ahora en empresas de
comunicación, centros de investigación, universidades, distribución instantánea
de datos, internet, etc.
En esta nueva sociedad, el capital
y el poder se concentran en las empresas más flexibles, adaptables e
innovadoras, las que tengan mayor "coeficiente de inteligencia
organizacional". Estas organizaciones modificaron su concepto de
producción, ya que incluyen el servicio y la asesoría al cliente, calidad,
productos innovadores y generación de tecnología. Además, obtienen
sistemáticamente información de los clientes, el mercado y la competencia, y la
aprovechan. El conocimiento reduce el consumo de recursos productivos:
materiales mejores y más baratos, optimización del transporte y la logística de
distribución, uso más racional de la energía, mejor administración del tiempo,
comunicaciones más rápidas y eficaces. Todo esto genera aprendizaje,
conocimientos nuevos que son aprovechados de nueva cuenta en la formación de
empresas más competitivas y poderosas.
Asimismo, Marcano de O.
(2005) menciona que esta
nueva sociedad llamada “sociedad del conocimiento” tiene como fuente de
productividad y desarrollo reside en la generación de conocimiento innovador y
los procesos económicos están orientados hacia la producción, aplicación y
transferencia de ese tipo de conocimiento.
Esta variante de la actividad económica centrada en la
producción, aplicación y transferencia de conocimiento ha sido denominada “economía
del conocimiento”, que como lo menciona Sánchez
y Ríos (2011) , su significado es
más amplio que el de alta tecnología, que está estrechamente ligada a Internet,
e incluso más amplio que “sociedad de la información”; como ya se ha
mencionado, sus fundamentos son la creación, difusión y uso del conocimiento. Y
como lo menciona Rodríguez-Ponce y Palma-Quiroz (2010) , el conocimiento es
más que información, ya que el incorpora formas y métodos para resolver
problemas en los distintos ámbitos del quehacer de las empresas. La capacidad
de creación de valor a partir del conocimiento es esencialmente intangible y
ésta es la fuente de la ventaja competitiva en la sociedad actual.
Así pues, la nueva economía basada en el conocimiento se
diferencia de la economía industrial entre otras cuestiones por la naturaleza
de los bienes, las empresas y el mercado, tal como lo menciona Marcano de O. (2005) . Las empresas están
incorporando nuevos conceptos productivos en torno a la gestión del conocimiento
para crear mayor valor agregado, consideran que este conocimiento es un recurso
económico que no sólo puede ser aprovechado para producir bienes y/o servicios,
sino que además puede ser producido y
transferido.
Además, se considera que el conocimiento es un bien
comercializable y un recurso utilizado en la generación bienes y servicios,
cuyo valor económico se funda en la abundancia y no en su escasez, ya que la
abundancia de conocimiento generada por una orientación hacia la innovación,
ocasiona su obsolescencia y esto conlleva a un incremento en la demanda de
innovación generándose así un ciclo sin fin:
conocimiento-innovación-conocimiento.
En cuanto al mercado no se han presentado cambios en el
concepto de mercado en sí, sino en el contenido del mismo, ya que en la
actualidad se observa una proliferación de mercados electrónicos que favorecen
las relaciones de intercambio virtuales entre al menos dos personas, donde una
de las partes recibe de la otra un beneficio (no necesariamente monetario), que
le va a producir un costo (pérdida de algo), pero a su vez, ésta otra parte
recibe de aquélla otro tipo de beneficio, en consecuencia la situación es
recíproca.
En este mercado particular el bien objeto de la transacción
es un bien inmaterial: el conocimiento científico, que aparece bajo la forma de
una innovación. Es mercado global, interconectado en redes, donde se exige
mayor innovación en los productos, lo que obliga a las empresas a desarrollar y
asimilar el conocimiento cada vez con mayor rapidez.
La práctica de esta relación de intercambio de conocimiento
es lo que se conoce como “mercado del conocimiento”, que enlaza a compradores y
vendedores en la gestión de producir y transferir conocimiento en atención a
las demandas particulares del cliente. Los intercambios de conocimiento son
equivalentes a la compra y venta de cualquier producto en un mercado, pero
intangible (ejemplo: propiedad intelectual, capital intelectual, patentes o
invenciones).
Torres-Citraro (2010)
indica que la empresa como célula básica del aparato productivo ha cambiado
significativamente y los activos intangibles se han convertido en elementos
fundamentales para la determinación de su valor, pero una buena parte de ese
valor está representado por el capital intelectual (estructural, clientelar y humano,
siendo que éste último es el más difícil de medir porque está en la cabeza de
los empleados de la organización).
En las últimas décadas del siglo XX
y lo que va del siglo XXI se han presentado una serie de cambios en la sociedad,
que ha pasado de regir su economía por la gestión de los bienes tangibles a una
sociedad del conocimiento de los bienes intangibles.
En esta nueva economía,
denominada economía del conocimiento, el conocimiento es la fuente principal
para la obtención de ventajas competitivas de las organizaciones y los países
donde se ubican.
Así pues, los desafíos que se les presentan a las
organizaciones en este contexto están asociados a la generación y transferencia
de conocimiento avanzado. Sin embargo, estos activos intangibles aún son
difícilmente medibles, ya que deben mostrar las múltiples facetas de
organización, y no sólo números de un informe que sólo refleja el pasado.
Por lo anterior se considera necesario definir criterios
para la identificación, medición y valoración de estos activos intangibles, que
permita hablar un lenguaje común sobre un tema que cada día cobra mayor
importancia.
Referencias
Marcano de O., F. (2005). El mercado de conocimiento
en el ámbito de la relación universidad sector productivo. Omnia, XI(3),
109-125. Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/737/73711305.pdf
Rodríguez-Ponce, E., & Palma-Quiroz, Á. (2010). Desafíos
de la Educación Superior en la economía del conocimiento. Ingeniare. Revista
Chilena de Ingeniería, XVIII(1), 8-14. Obtenido de
http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=77218811002
Sánchez, C., & Ríos, H. (2011). La economía del
conocimiento como base del crecimiento económico en México. Enlace: Revista
Venezolana de Información, tecnología y conocimiento, VIII(2), 43-60.
Obtenido de http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=82319126004
Toffler, A. (1990). La tercera ola. México: Edivision,
Compañía Editorial S.A.
Torres-Citraro, L. (Enero-diciembre de 2010). Los activos
intangibles dentro del contexto de la sociedad del conocimiento: el reto de su
identificación y valoración. Propiedad Intelectual(13), 74-98. Obtenido
de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=189017092005
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