La velocidad del cambio en los
mercados y en los consumidores, y la feroz rivalidad entre el número creciente
de competidores, hacen imposible adoptar una postura pasiva respecto a la
construcción de una marca. Cualquier
organización no sólo conformarse en disponer de un buen producto o
servicio esperando que la publicidad “boca a boca” haga el resto, sino que debe
esforzarse por alcanzar marcas fuertes que aporten valor al consumidor y
beneficios a las compañías que les permitan ocupar una posición en el mercado
sólida, diferenciada y sostenible en el tiempo. Pero, ¿cómo se genera una
marca? En este documento se espera responder a dicha pregunta.
Como
lo explica Costa (2004) la marca es un signo
sensible, verbal y visual, porque deben circular con la gente y entre ella, es
decir, cada persona debe poder designarla, verbalizarla, escribirla e
interiorizarla, que debe tomar forma de un signo visual (logo, símbolo, color)
debido a que el signo sonoro es volátil e inmaterial, y la marca necesita
mostrarse constantemente sobre soporte diversos en espacios visibles, no sólo
audibles, ya que la memoria visual es más fuerte que la auditiva.
Si la marca es un signo, y la función de los signos es
significar, es entendible que la marca no se queda únicamente con el componente
sensorial, sino que además se incluye un elemento mental.
Por otro lado, Otaduy (2012) indica que la imagen
de la marca es cómo perciben los consumidores actuales, potenciales o antiguos
al producto o servicio ofertado por una organización. Y como lo menciona Costa (2004) la imagen es una
proyección de la marca en el campo social, por eso primero se debe construir
una marca, antes de generar una imagen que promueva no sólo las ventas de los
productos o servicios, sino la generación de valor no sólo para el cliente,
sino para la empresa que los elabora.
De acuerdo a lo mencionado Sadowsky
(2011) , y respecto al tema
de la construcción de una marca o “branding”, se cree que la forma más eficaz
de llegar al público es a través del ruido y la expectación que se puede
generar con campañas bien pensadas. No es que lo anterior sea falso, sino que es
insuficiente, ya que se necesita una fuente más auténtica y personal desde la
cual hablar a sus respectivas audiencias.
Adicionalmente, Barwise y
Meehan (2010) indican que en la
actualidad las marcas deberían utilizar los nuevos medios para ofrecer y
comunicar una promesa clara al cliente, crear confianza al cumplir con la
promesa, mejorar continuamente la promesa e innovar más allá de lo familiar. Las
organizaciones deberían recopilar ideas de los clientes y no sólo intentar
aumentar sus ventas; deben aprovechar la velocidad y alcance de los medios
sociales y proteger la reputación de la marca
Martín-García (2006)
indica que una marca fuerte, debidamente prestigiada y gestionada, constituye
un medio a través del cual productos o servicios anónimos y no diferenciados se
convierten en entidades que aportan valor al consumidor y a la compañía
propietaria de la misma. Este autor propone un modelo que se articula en cuatro
etapas que constan de nueves pasos en total, tal como se observa en la Figura
1.
Figura 1.
Modelo de construcción de marcas
Fuente: Martín-García (2006)
En la etapa 1 se desarrolla la
identidad de la marca, es decir, se define con precisión qué es la marca, su
razón de ser, para qué sirve, a quien puede aportar beneficios y cuáles son
estos. Esto se logrará al establecer un sistema de identidad de marca, definir
una imagen de marca, elaborar una proposición de valor y definir el modelo de
cliente basado en la marca.
La etapa 2 consiste en posicional la
marca: establecer con precisión el mercado meta al que se aspira, la categoría
en la que se compite, los beneficios claves y la diferencia con otras ofertas
presentes en el mercado.
En la etapa 3 se desarrolla la
identidad formal de la marca, recogiendo todos los elementos que, enfocados por
la definición de la identidad de la marca y el posicionamiento al que se
aspira, serán percibidos directamente por los distintos públicos de la marca,
constituyendo así su identidad y verbal.
La etapa 4 consisten en el desarrollo
de una estrategia de gestión de los activos de la marca: comunicar el
posicionamiento de la marca a todos sus públicos, establecer una cultura
corporativa basada en la marca, diseñar e implantar un sistema de medidas que permita
evaluar la inversión en marca y los retornos sobre dicha inversión, así como el
desempeño corporativo en relación con la marca.
Por último, aunque es innegable la
importancia que tiene para cualquier organización la generación de una marca,
es muy común que se presenten barreras que impiden o no posibiliten este
proceso de branding. Estas ocho
barreras fundamentales para no darle prioridad al desarrollo de una marca son
las siguientes: 1) visión de corto plazo que ocasiona únicamente preocupación
por cumplir metas lo más pronto posible; 2) escepticismo de la utilidad del
valor intangible de una marca; 3) priorizar el lanzamiento de productos o
servicios antes que la construcción de la marca; 4) poca claridad real en la
promesa de la marca; 5) visión poco real de la propia marca; 6) cultura
centrada en procesos internos y no orientadas al consumidor, 7) foco en
producto y atributos funcionales; y 8) perspectiva central de ventas y no de
marcas.
Cualquier organización requiere
identificar y diferenciar productos y servicios de los ofertados por sus
numerosos rivales que se le presentan en el mercado que actúa. Las marcas
ocupan un lugar relevante en este proceso de diferenciación, por lo que es
necesario crear marcas o actualizar marcas existentes, no sólo para adecuar su
imagen visual a las nuevas situaciones que se experimentan en la actualidad,
sino para convertirlas en instrumentos centrales de la estrategia competitiva
del negocio, superando las barreras que se presentarán en cualquier momento. Lo
anterior orientado a la generación de valor, no sólo de los consumidores, sino
de la organización en general.
Referencias
Barwise, P., & Meehan, S. (2010). Lo que usted
debe hacer bien cuando construya una marca. Harvard Business Review, 88(11),
62-67.
Costa, J. (2004). La imagen de marca. Un fenómeno social.
España: Paidós.
Martín-García, M. (2006). Arquitectura de marcas. Modelo
general de construcción de marcas y gestión de sus activos. Madrid: ESIC.
Otaduy, J. (2012). Genoma de marca. México: LID
Editorial Mexicana.
Sadowsky, J. (2011). Historias de liderazgo y branding. Harvard
Business Review, 89(4), 60-68.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario / Thanks for your comment