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lunes, 27 de agosto de 2012

“Cambiar y perdurar”


Todo es efímero, nada perdura. Ese es el pensamiento con que inicia Malott (2003) el primer capítulo de su libro sobre la paradoja del cambio. Y esa es la motivación personal que la reta de manera profesional como consultora de organizaciones para no construir castillos de arena que se desbaraten con el oleaje del mar, es decir, para introducir cambios en las organizaciones que perduren con el tiempo.
Este debería ser el reto de todo profesionista que estudia sistemas de actividad humana, como son las organizaciones (empresas, gubernamentales, educativas, de salud, filantrópicas, etc.), deberá ser muy cuidadosos cuando trate con estos sistemas, para asegurarse de no hacerlo como si fuera un sistemas cerrados. ¿Qué es un sistema cerrado? Como lo explica Van Gigch (1998), en un sistema cerrado se ignora el medio donde se inserta dicho sistema, y por el contrario, en un sistema abierto si se advierte el medio (entendiéndose como medio otros sistemas con los cuales el sistema en cuestión se relaciona, intercambia y comunica).
Es importante recalcar que cualquier consideración de una organización como un sistemas cerrado, trae consigo graves riesgos como la muerte. Por el contrario, si las organizaciones se adaptan a los cambios de su entorno (como las fluctuaciones del mercado y los avances en tecnología), perdurarán en el tiempo. Esto también demuestra lo que indicó Charles Darwin: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.
En la literatura se reportan muchos casos de grandes empresas que se han adaptado a cambios del entorno, detonados en su mayoría por los avances tecnológicos que impactan en la forma de vida de la sociedad. Por ejemplo, la empresa finlandesa Nokia inicia operaciones en plena Revolución Industrial (en 1865) como una productora de pulpa de madera para elaborar papel y cartón; en aquellos tiempos, también aparecieron otras industrias geográficamente cerca y se asociaron con Nokia: una industria elaboradora de productos a partir del caucho (zapatos, neumáticos, gabardinas, alfombras y juguetes), y luego una compañía de cables usados para las emisiones telegráficas y telefónicas. Más adelante, en 1920, Nokia se fusiona formalmente con estas empresas, pero es hasta 1960, respondiendo al avance en el área de electrónica (los semiconductores salían de los laboratorios para aplicarse a la vida real), que la empresa evoluciona al sector donde actualmente compite: las telecomunicaciones, al fabricar radiotransmisores (precursores de los teléfonos celulares).
Nokia supo detectar y anticiparse a los cambios del entorno y lo pudo capitalizar en su empresa durante mucho tiempo, aunque durante los últimos años ha sufrido por no aceptar a tiempo que el futuro de la telefonía celular estaba en los teléfonos inteligentes.
Con este ejemplo se puede apreciar que el trabajo de cambio organizacional nunca debe acabarse, sino que es un continuo permanente, porque como lo dijo Heráclito: “Lo único que permanece es el cambio”, y lo que le ha pasado a una empresa exitosa como Nokia
Como lo indica Acosta (2003), en el nombre del libro queda explicito que el cambio organizacional es paradójico, porque debe ser: cambiante y estable, es decir, se considera que un sistema es estable si cambia permanentemente para adaptarse a lo que se suceden en el entorno.
Pero aquí surge la pregunta: ¿cómo cambiar? Y esa pregunta es la que Malott pretende responder en el resto de los capítulos de su obra.
En resumen, en este primer capítulo Malott introduce seis conceptos:
1) Cambio: resultado de alteración, variación o modificación.
2) Proceso de cambio: serie de acciones que resultan en transformación.
3) Sistemas cerrados: no intercambian ni evolucionan con los cambios del ambiente y con el tiempo mueren.
4) Sistemas abiertos: se adaptan a los cambios del ambiente.
5) Cambio dentro del cambio: el cambio es un estado constante de alteración, variación y modificación.
6) Paradoja del cambio: el cambio es al mismo tiempo dinámico en forma y estable en proceso.




Referencias
Acosta, C. A. (2003). Reseña "Paradoja de Cambio Organizacional" de M.E. Malott. Revista Latinoaméricana de Psicología, 35(001), 100-1003. Recuperado el 16 de Agosto de 2012, de http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80535113
Malott, M. E. (2003). Paradoja de cambio organizacional. Estrategias efectivas con procesos estables. México, D.F.: Trillas.
Van Gigch, J. (1998). Teoría general de sistemas. México D.F.: Trillas.

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